En entrevista con radio de Nacimiento, presidente de CMPC abordó situación de la industria forestal
- Tal como detalló a los accionistas en una carta, Luis Felipe Gazitúa reiteró que la crisis se palpa en tener hoy menos hectáreas productivas que antes, ante la falta de incentivos para plantar y por materias de seguridad, producto de incendios, atentados y usurpaciones.
- “Esto pone en riesgo el trabajo de 300 mil personas, que es el número que directa o indirectamente emplea la industria forestal en Chile”, aseguró.
Intensa ha sido la agenda de Luis Felipe Gazitúa, el hombre que desde 2016 lidera los destinos de Empresas CMPC como presidente. Hace algunas semanas, y con motivo de la publicación del Reporte Integrado anual de la compañía, Gazitúa detalló en una carta a los accionistas las distintas situaciones que aquejan al sector en los últimos años, y que le tienen sumido en una crisis sin precedentes, especialmente a pequeños y medianos productores.
De paso por Nacimiento, el líder de CMPC pasó por Radio Popular Santa María, donde ahondó en el contexto que atraviesa la actividad, que se ha denominado como “repliegue forestal”.
Un “repliegue” que se contrapone al prestigio internacional
La industria llegó a tener alrededor de 2 millones 300 mil hectáreas plantadas de especies productivas en Chile, según información oficial del año 2022. No obstante, Gazitúa especificó que “según nuestros cálculos, esa cantidad a fines de 2023 no supera las 2 millones de hectáreas. Eso es un problema para el futuro, pero mucho más grave que eso, no se condice con la realidad que tiene la industria forestal en el mundo”.
El ejecutivo ejemplificó cómo la situación se aprecia distinta en otras latitudes, como en Suecia y Finlandia: “la industria forestal chilena es muy valorada, por las certificaciones que tenemos, por los estándares, por los productos que elaboramos”. También, porque los bosques son capturadores de carbono y por ende combaten el cambio climático, y, además, se elaboran un sinnúmero de productos que son biodegradables.
A nivel del cono sur, Gazitúa detalló que tanto Brasil, hoy principal productor de celulosa en el mundo, como Uruguay y Colombia están impulsando la actividad con apoyo de sus estados: “Todo esto en un contexto donde después de Brasil, Chile es la industria forestal más importante de Latinoamérica, y no le damos valor”.
El llamado a enrielar el rumbo
“Chile se está perdiendo una oportunidad, de tener una industria forestal más grande, más sólida, en crecimiento y valorada”, sostuvo el líder de Empresas CMPC, para luego enfatizar en su llamado: “Este es un reclamo al Estado de Chile, no al gobierno actual, que tiene recién dos años y las políticas que han afectado a la industria forestal tienen largo más de dos años”.
En específico, el mandamás de CMPC subrayó que se necesitan dos cosas. Primero, que “se provea de incentivos como existen en otros lugares del mundo para pequeños y medianos propietarios. Nosotros no estamos pidiendo incentivos para nosotros, no necesitamos”. Segundo, que se fortaleza el trabajo en materia de seguridad, según analiza: “El Gobierno de Chile y el rol de las Fuerzas Armadas y Carabineros de Chile ha sido fundamental, pero no es sostenible una industria forestal que tiene permanentemente estados de Excepción”.
La apremiante situación de pequeños y medianos productores
Gazitúa puntualizó cómo la situación es especialmente difícil para pequeños y medianos productores, pues a diferencia de actores grandes como CMPC, que está obligado a plantar por la integración con sus plantas industriales, “los pequeños, cuando les queman o les roban, no tienen ningún incentivo en volver a plantar. Un eucaliptus y un pino se demoran 14 años en cosecharse”. A nivel de empleo, la cifra es categórica, precisa: “Esto pone en riesgo el trabajo de 300 mil personas, que es el número que directa o indirectamente emplea la industria forestal en Chile”.
Mitos contrarrestados
También, Luis Felipe Gazitúa abordó los mitos en torno a la actividad, como que, tras 50 años, el país cuenta con las mismas 14 millones de hectáreas de bosque nativo, además de 2 millones de hectáreas productivas. Similar caso con el agua, pues según citó, un estudio de la UNESCO con la Universidad de Talca demostró que los árboles, en general, incluidas las plantaciones productivas pino y eucaliptus, lo que permiten es infiltrar el agua a las napas subterráneas.
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