Proteger centros poblados, la misión de los mega helicópteros top para combatir incendios

Las estrellas son “Annie” y “Chinook”, dos aeronaves de alta capacidad que descargan gran cantidad de agua en menos de un minuto y que se especializan en atacar “la cabeza” del incendio. Las empresas forestales cuentan este año con 51 aeronaves para el combate aéreo de los incendios rurales.

Regional, Enero de 2019; Reconocidos como los helicópteros más grandes del mundo, el Sikorsky S-64 Air Crane y el Boeing 47 D Chinook fueron las dos aeronaves pesadas que representaron la cara visible de las empresas forestales de CORMA en la última temporada de combate de incendios en la zona centro sur de nuestro país.

Ambos helicópteros, con sus lanzamientos de 10.000 litros de agua, demostraron una efectividad y maniobrabilidad superior a cualquier otra aeronave de gran envergadura, gran capacidad para adaptarse a la topografía irregular de nuestro país y con una característica especial que es combatir “la cabeza” del incendio y facilitar el trabajo de brigadistas terrestres.

Por estas razones, para la actual temporada, las empresas forestales no dudaron en volver a contratar los servicios de tres aeronaves de este tipo, para actuar en las zonas de interfaz que es el área de borde entre centros poblados con bosques.

El presidente de CORMA, Juan José Ugarte, afirma que “estamos hablando de cifras históricas para la prevención de incendios, con una inversión de 57 mil millones de pesos, 51 aeronaves, 2.500 brigadistas altamente profesionales y capacitados y con una red de prevención vecinal de 4.500 voluntarios. Lo más importante acá es el resguardo de la vida de las personas y sus viviendas, por lo que hemos destinado tres mega helicópteros para atender preferentemente el cuidado de vecinos en las áreas de borde entre el bosque y las comunidades”.

La empresa Arauco está operando dos aeronaves Sikorsky S-64 Air-Crane que se ubican estratégicamente en las comunas de Santa Juana, en la Región del Biobío y en la Base Palhuén, en Curepto, Región del Maule.

Por su parte, CMPC por segundo año consecutivo trabaja con el Chinook, con una tripulación de apoyo, un staff de mecánicos, ingenieros y apoyo logístico. En la empresa destacan la eficiencia de este helicóptero Boeing 47D para el combate del fuego, siendo una de sus grandes virtudes la rapidez para abastecerse de agua en un proceso que demora menos de dos minutos. La nave además tiene una autonomía de vuelo de hasta más de dos horas y media y está operando en la comuna de Cabrero, Región del Biobío.

La empresa Masisa este año se ha equipado con tres helicópteros “Bell” que tienen una capacidad de carga de 800 a 1.200 litros de agua y que mostraron muy buen desempeño en la temporada anterior, cuenta Francisco Acevedo, Jefe de Protección de la empresa.

Ramón Figueroa, presidente del Departamento de Prevención y Protección de CORMA, explica que la distribución de estos helicópteros abarca un radio de combate que cubre las regiones de Maule, Biobío, Ñuble y Araucanía, lo que permite atacar “incendios de gran magnitud, que necesitan una contundencia de lanzamientos pesados con gran volumen de agua para su control, pero también siniestros menores, pero de rápida propagación y difícil acceso para los brigadistas”.

En el caso de Annie y Chinook, las probamos el año pasado, con bastantes buenos resultados, y marcaron la diferencia ya que los incendios que no podían controlarse con naves pequeñas, lograron controlarlos en poco tiempo”, destaca el profesional.

Aeronaves como el Sikorsky no solo permiten una mayor potencia de descarga de agua, también pueden volar a baja altura con alta potencia y estabilidad. Además, pueden acoplarse de manera óptima con dispositivos aéreos de combate del fuego de menor tamaño y alcanzar una mejor coordinación con las brigadas terrestres.

Por su parte, el Chinook puede volar una distancia de más 800 km a una velocidad de 222 km/h. y su helibalde puede ser llenado en poco más de un minuto. Para su funcionamiento requiere de un piloto, más un copiloto y cinco mecánicos.

Para operar en el combate de incendios cada helicóptero de este tipo consume 2.200 litros de combustible por hora y su capacidad de almacenamiento y descarga de agua es 10 veces superior a la de otros helicópteros.

 

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