Operadores en Torres de Vigilancia parte importante de la Prevención de Incendios en CMPC
Regional, 18 de enero de 2018; Detectar los incendios de forma rápida y temprana es la tarea que desarrollan los Operadores de Torres o torreros(as), su trabajo es un pilar cardinal en el combate de incendios ya que son los primeros en avistar el humo y así prevenir un posible incendio. A través de su vigilancia, alerta y destreza, se puede dar respuesta en forma oportuna a una emergencia. Este aviso, permite ver de forma temprana los focos que se puedan estar produciendo en diferentes localidades del país, y así destinar los recursos necesarios para combatir el incendio.
Dentro de la organización de los equipos de combate de incendios y protección forestal, existe un esquema, donde él o la torrera son pieza fundamental del rompecabezas, Osvaldo Vera, Subgerente de Protección Forestal de CMPC, señaló que “los torreros y torreras son las primeras personas en avistar el humo a distancia, quienes deben clasificar y ubicar geográficamente el punto de inicio. Estos eventos pueden ser principios de incendios con posible daño o propagación, quemas, fogatas u otras actividades. Una vez identificado el humo, dan aviso a la Central de Emergencias, en nuestro caso ubicada en la ciudad de Los Ángeles, y con la información entregada por ellos CMPC toma las medidas necesarias y determina la asignación de los recursos para el combate”.
Actualmente CMPC, cuenta con 110 torres de vigilancia de entre 5 y 40 metros de altura aproximada, distribuidas a lo largo de su patrimonio forestal, desde ellas los torreros vigilan los predios y bosques, pero también todo lo que su aguda vista logra detectar, pues la vista de 360° en altura, les brinda un punto estratégico para monitorear todo lo que sucede en las cercanías a los predios, en las zonas de interfaz y en el territorio circundante.
MUJERES EN EL FRENTE DEL COMBATE DE INCENDIOS
Nancy Gallegos Aguayo, tiene 37 años, es de la zona de Nacimiento y se desempeña como torrera hace 11 años en predios de Forestal Mininco a través de la empresa de servicios Serfonac, durante esta temporada vigila desde una torre categoría 1 (vigilancia las 24 horas con 3 turnos) de 30 metros de altura que CMPC tiene en el Fundo Carmen Alto, en la comuna de Nacimiento. Esta tarea la ha transformado en una profesional de gran experiencia y conocimiento en la materia, además de ser la primera mujer en desarrollar esta labor, recibiendo por esto el reconocimiento de CORMA en 2017 como una de las mejores del sector forestal. “Yo me inicié como torrera siguiendo los pasos de mi marido, quien trabaja en esto hace ya varios años, y a mí siempre me llamó la atención así que cuando me ofrecieron este puesto no lo pensé dos veces. Es un trabajo que para mí, es súper relajante. Estoy sin ruido, tengo mucho tiempo para pensar y escuchar música, la verdad es que es entretenido, sobre todo desde el punto de vista en que sabemos que nuestra labor es importante, somos nosotros los que damos el primer aviso, y después de eso se empieza a mover todo el sistema”.
La experimentada torrera, comentó que no es mucha gente la que se anima a realizar este tipo de trabajo, debido al desconocimiento de la actividad, pues indicó que es un buen trabajo de verano en el que se adquieren muchos conocimientos previos para estar preparados, destacando con ello las capacitaciones y medidas de seguridad que reciben. “Mi torre tiene 30 metros y cuento con arnés de seguridad, cuerdas y otros elementos para evitar daños, también nos preparan y evalúan con exámenes psicológicos y médicos, además de un examen de altura”.
Otro ejemplo de experiencia en esta actividad es Ruth Lizama Neira de 31 años también de la comuna de Nacimiento, es estudiante de derecho y trabaja desde hace 8 años como Operadora de Torre. Esta temporada vigila en una torre categoría 3 (un solo turno en horas de luz) de 20 metros de altura ubicada en el Fundo Millanir de Forestal Mininco, por lo tanto es la única operadora que transita por la estructura “Yo entré a este trabajo por mi hermano y para mi significa una forma de botar el estrés después de un año de estudios, es un trabajo tranquilo, relajado y a la vez muy interesante, la verdad es que yo disfruto mucho de esto, no sólo he visto focos de incendios –que es nuestra labor-, sino que también he tenido la oportunidad de ver fauna del sector, lo que es fascinante”.
Al momento de detectar humo, el protocolo se activa en forma inmediata, “lo primero es identificar el humo de forma correcta e informarlo inmediatamente a la central, por ejemplo yo les digo…’Central mi torre se llama Carmen Alto tengo un R21´… –así es como llamamos a los focos- y ahí ellos toman mi rumbo, sacan las coordenadas, y toman las medidas del caso para evitar propagación”, comentó Nancy Gallegos.
Ambas torreras manifiestan orgullo por el desempeño de su trabajo y por la importancia para la detección temprana de incendios, “yo creo que somos como esas personas anónimas que nadie conoce, yo les diría a todos que es importante la labor que nosotros hacemos, trabajamos con una central donde para ellos somos sus ojos, ellos confían en lo que nosotras estamos viendo, entonces si lo hacemos mal o si estamos exagerando en algo –que el reporte no es el correcto- estamos perjudicando el procedimiento –eso en cuanto a los recursos a destinar- y también a toda la comunidad”, agregó Ruth Lizama.
Durante la actual temporada, CMPC realiza un trabajo permanente con organizaciones y comunidades, cuyo objetivo es la prevención de incendios rurales “no se han visualizado muchos focos, eso se debe principalmente a que las medidas preventivas en esta temporada han sido bastante efectivas, hemos tenido alrededor de 5 focos, principalmente por quemas escapadas. La verdad es que las acciones de prevención han derivado a que exista menos ocurrencia, por lo menos en este sector está todo bastante más tranquilo que temporadas anteriores”.
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